Técnica con laminación de hojas
Este proceso de impresión 3D es diferente a los comentados anteriormente: en la laminación de hojas (Sheet lamination) no interviene una fuente de calor, lo que supone un cambio importante en el enfoque de esta tecnología.
Sobre una plataforma de impresión se van superponiendo capas del material elegido, normalmente algunos tipos de plásticos, papeles o metales. Una vez dispuestas las capas de material un láser CO2 o una herramienta más tradicional como una fresadora esculpirán la pieza hasta su forma final. Está tecnología engloba dos procesos: el Laminated Object Manufacturing (LOM) y el Ultrasonic Consolidation (UC).
Técnica con consolidación por ultrasonidos
Traducción literal de Ultrasonic Consolidation o UC. Es un proceso desarrollado por la empresa estadounidense Solidica, que posteriormente creó una filial especializada en fabricación aditiva: Fabrisonic.
La característica principal de la consolidación por ultrasonidos radica en que utiliza los materiales en láminas sólidas, mucho más densas y grandes que los polvos o materiales en estado líquidos que se usan en las tecnologías descritas anteriormente. Otra diferencia es las láminas se sueldan por medio de ondas ultrasónicas.
La UC permite una flexibilidad inigualable en el diseño de piezas, ya que es capaz de elaborar piezas con interiores muy complejos e incluso se pueden imprimir circuitos electrónicos integrados o en la superficie de la pieza. Al desarrollarse el proceso a temperatura ambiente se evita inutilizar los elementos electrónicos y se facilita el uso combinado de materiales con diferentes puntos de fusión.
Técnica por fabricación mediante laminado de objetos
La LOM o laminated object manufacturing utiliza adhesivos de última generación para asegurar la estructura 3D de la pieza. Para ello, las láminas de material se recubren de adhesivos; seguidamente, se presionan las piezas para provocar la unión de las láminas. Una fresadora u otra maquinaria de corte ayuda en la tarea de dar forma a la pieza.
Este enfoque que ofrece la tecnología de impresión 3D por laminación de hojas soluciona algunas de las limitaciones de otras tecnologías. Como no requiere de temperaturas elevadas, ni de procesos químicos, ni de atmósferas modificadas (vacio, argón) la fabricación de piezas de gran tamaño es más asequible. Esto se acentúa por el hecho de que los materiales que se precisan también son baratos.
Sin embargo, este enfoque en la impresión 3D presenta sus propios inconvenientes: las piezas son menos precisas y no son adecuadas para la elaboración de piezas funcionales.
Esta tecnología es idónea para fabricar prototipos a escala y moldes.
Técnica deposición directa de energía
Conocida también como Laser Metal Deposition (LMD) la deposición directa de energía tiene una diferencia fundamental con las demás tecnologías: en la LMD el material se deposita sobre la fuente de calor.
En un espacio dotado de una presión diferente de la normal y controlada, se vierte material en polvo sobre un rayo láser de gran potencia. Al entrar en contacto con el láser el material pulverizado se funde y forma un charco que puede seguir recibiendo material en polvo o no. Si se inyecta más material en esa zona se irá generando una estructura 3D.
Los materiales utilizados son metálicos. La tecnología LMD destaca en la reparación, mantenimiento y reconstrucción de piezas complejas.
Otro de los puntos fuertes de esta tecnología es que se pueden combinar materiales en la proporción que se desee en función de las necesidades del objeto a fabricar: es posible fabricar una parte de la pieza con el 100% de un material y otra parte con el 50% de ese material y el 50% de otro, por ejemplo. Esto permite fabricar piezas muy especializadas, que tengan gran resistencia, poco peso, estén reforzadas en las partes que sufran un mayor estrés…
Como además no necesita de plataforma de impresión donde extender el material, las impresoras que funcionan con esta tecnología pueden ser de grande dimensiones, lo que permite crear piezas de gran tamaño.
Es casi imposible lograr una gran precisión al fabricar piezas grandes con la LMD, ya que el control en la inyección del metal pulverizado es difícil de controlar al 100%. Esto provoca que se necesite un torno o fresadora para terminar la pieza. Las piezas grandes también presentan el problema de necesitar estructuras de apoyo para su correcta impresión 3D, lo que complica el diseño de la pieza y la encarece.